La reciente controversia en Colombia en torno al proceso de licitación para la emisión de pasaportes ha alcanzado un nuevo nivel de tensión. El canciller Álvaro Leyva declaró desierta la convocatoria, debido a la ausencia de competidores, dejando a la multinacional Thomas Greg and Sons como la única proponente. Esta decisión generó reacciones inmediatas, incluyendo una investigación de la Procuraduría contra el canciller.
El presidente Gustavo Petro no tardó en pronunciarse al respecto, destacando que, según la ley, las licitaciones con un único proponente deben considerarse desiertas y reiniciarse para fomentar la competencia. La situación se agravó aún más cuando la Cancillería ordenó un contrato directo e inmediato con Thomas Greg and Sons, lo que fue cuestionado por su falta de transparencia y llevó a la suspensión del proceso en dos ocasiones.
Mientras tanto, algunos proponentes alegaron que estas acciones buscaban beneficiar a la multinacional que ha mantenido el control de esta contratación durante casi dos décadas. Thomas Greg and Sons, por su parte, considera presentar una demanda contra el Ministerio debido a la situación.
El contrato, valuado en $600 mil millones de pesos, ha estado rodeado de controversia desde el principio, ya que los requisitos parecían diseñados para favorecer a una única empresa. Ante la creciente preocupación por un posible desabastecimiento de pasaportes, la Cancillería anunció la apertura de una nueva licitación y una contratación directa para garantizar el suministro continuo de libretas.
El presidente Petro hizo hincapié en la importancia de la competencia en los procesos de licitación y reafirmó su compromiso de luchar contra la corrupción durante su mandato. La polémica en torno a esta licitación para pasaportes en Colombia parece lejos de resolverse, y el país sigue atento a los desarrollos futuros en este tema candente.