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Las zonas rosas de las capitales lanzan SOS para evitar desaparecer

Porwebmaster

Jun 5, 2020

Los dueños de bares y sitios de rumba se encuentran en una difícil encrucijada, pues mientras soportan grandes pérdidas todavía no se vislumbra a corto plazo una fecha de reapertura para sus negocios.

Por ser una actividad de ‘vida social’, el Gobierno Nacional ha hecho énfasis en que las condiciones sanitarias no son viables todavía para la reapertura de este sector.

Mientras tanto, los arriendos costosos y la insolvencia económica tienen en jaque a miles de comerciantes, situación que incluso generó que muchos propietarios cerraran definitivamente sus establecimientos o piensen en hacerlo.

Según Asobares, ya son cerca de tres meses sin abrir sus negocios y unos 11.000 locales podrían cerrar, pues no se vislumbra una apertura para el sector, por lo que lugares icónicos o reconocidos como ‘zonas rosas’ en las ciudades están en riesgo de desaparecer.

Uno de los casos visibles es en Medellín, donde el ‘boom’ del turismo también había jalonado la economía del sector.

El ejemplo más dramático se vive en el parque Lleras, en El Poblado.
“En este momento toda esa infraestructura se está destruyendo. Sitios tradicionales como Mango’s y Dulce Jesús Mío de la Autopista, Basílica, Al Rojo y La Octavia cerraron”, revela Luis Orjuela, presidente de la Corporación Zona Rosa de Medellín.

Orjuela dice que solo en la capital antioqueña se han cerrado alrededor de 220 locales, pero cree que la cifra es más alta. Y afirma que en el Área Metropolitana se pueden haber cerrado entre 800 y 850 establecimientos.

Además de impuestos y servicios públicos, el escollo son los arriendos. Se estima que el 97 por ciento de estos locales son arrendados y pagan entre 4 y 45 millones de pesos. Y buscar un alivio en este punto sería una posible solución.

Uno de los empresarios afectados, Álex Duque, socio de varios sitios de rumba, no duda en afirmar: “Perdimos el año, porque ya no podemos recuperar lo que estamos perdiendo”.

Perdimos el año, porque ya no podemos recuperar lo que estamos perdiendo

Óscar Preciado, socio de la reconocida discoteca Mango’s, es otro de los golpeados por la crisis. De diez locales que tenía, solo le queda uno: Dulce Jesús Mío Las Palmas, con el cual aguantará dos meses antes de tomar una decisión.

El dilema de cerrar los negocios ronda entre muchos empresarios. Jaime Álvarez, del restaurante Al Rojo, con 35 años en el sector y socio de 6 bares y 18 restaurantes, como Basílica y El Aguacate, manifestó que tomó la decisión de liquidar a gran parte del personal, alrededor de 120 personas. “Todavía nos falta otro tanto porque son 360 empleados”, afirma.

Los empresarios califican la situación como una “catástrofe” por el desempleo que deja. Orjuela calcula que más de 100.000 empleos están en riesgo, solo en Medellín.

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