Hacia las 8 de la noche del jueves, el mayor de la Policía Yeferson Fabian Tocarruncho Parra y el investigador Wadith Miguel Velásquez García, fueron citados a las instalaciones de la Dijín, en donde se hicieron efectivas las órdenes de captura que horas antes había solicitado de manera virtual la Fiscalía General.
EL TIEMPO estableció que la detención de los uniformados, curtidos investigadores de la institución, está vinculada a la interceptación ilegal de teléfonos de 5 de sus compañeros, dentro del proceso que adelantaban contra el oscuro ganadero José Guillermo el ‘Ñeñe’ Hernández -asesinado en Brasil en 2019- por sus nexos con la mafia.
Tal como lo había anticipado EL TIEMPO, si bien para la Fiscalía las interceptaciones hechas al ‘Ñeñe’ son absolutamente legales y gozan de total credibilidad, los dos uniformados habrían pedido que se incluyera en la misma solicitud de interceptación 5 teléfonos de miembros de la Policía que no estaban vinculados al caso.
Por eso, en una audiencia de legalización de capturas y de imputación de cargos, programada para este viernes a las dos de la tarde, se pedirá que los procesen por los delitos de fraude procesal, violación ilícita de comunicaciones, falsedad ideológica en documento público y uso ilícito de comunicaciones.
La hipótesis de la Fiscalía es que en la investigación contra el ‘Ñeñe’ habrían incluido líneas telefónicas para interceptación que no hacían parte del caso y por lo tanto el procedimiento sería ilegal. ¿Contrainteligencia?
Los dos uniformados ya habían sido escuchados en declaración y habían asegurado que Juan Carlos García Cataño, alias ‘Penca’, uno de los testigos entrella en contra de la organización criminal del capo ‘Marquitos’ Figueróa -a la que el ‘Ñeñe’ estaba vinculado-, fue quien suministró el celular del ganadero y los otros números que resultaron ser de los policías.
EL TIEMPO habló con ‘Penca’, quien aseguró que los teléfonos, incluidos el del ‘Ñeñe’, se los entregaron miebros de la organización de ‘Marquitos’ a la que él también pertenecía.
De hecho, a uno de los oficiales interceptados, de apellido Calderón, se le identificó con el alias de ‘el Caleño’ y se dijo que era sicario de la organización de ‘Marquitos’ Figueróa.
Además, al momento de pedir la interceptación, se le dijo a la fiscal del caso que, al parecer, los policias estaban involucrados en actividades de narcotráfico.
Todo indica que se estaba indagando la supuesta pérdida de una caleta en un operativo hecho en Cali. Sin embargo, después de un tiempo, aunque se pidió que se siguiera escuchando al ‘Ñeñe’, se suspendieron las intereptaciones a los policías.